Presentación

El futuro del trabajo

La globalización económica, la digitalización de los procesos productivos y la fragmentación de las cadenas globales de suministros, como señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 1, están transformando profundamente la organización y la regulación del empleo, las relaciones laborales y los sistemas de prestación social en todos los países y empresas en todo el mundo. A ello hay que añadir los cambios sociales y demográficos que igualmente se están produciendo, como el envejecimiento de la población y los movimientos migratorios cada vez más intensos, junto con los efectos ya visibles del cambio climático. Como consecuencia de todo ello, también se están produciendo cambios profundos en la compleja relación entre trabajo y salud. 

El trabajo decente y seguro, según lo define la OIT 2, es la principal fuente de ingresos y de protección social de las personas. Paralelamente, la salud y el bienestar de los trabajadores son prerrequisito para que el trabajo desarrollado sea productivo. Pero sin olvidar que el trabajo puede ser fuente de riesgos para la salud, ya sea en forma de lesión y/o enfermedad, que puede provocar incapacidades temporales (IT) o permanentes (IP) y en el peor de los casos muertes prematuras (MP).

Actualmente, la carga de enfermedad en relación al trabajo se define por el incremento de las enfermedades crónicas, las cuales incrementan la incidencia y duración de los episodios de IP, y no tanto por las lesiones en accidentes de trabajo 3.

Vigilancia epidemiológica de la salud de las personas que trabajan

En este contexto es más necesario que nunca disponer de sistemas de información que faciliten la vigilancia y monitorización de las tendencias de los efectos del trabajo sobre la salud.

Unos sistemas de información que sean capaces de anticipar posibles cambios y, con ello, sugerir las necesarias adaptaciones. Interesa de forma especial conocer el impacto que los cambios de los ciclos económicos y la regulación del mercado de trabajo están teniendo en la salud de las personas que trabajan, así como valorar en qué medida los beneficios sociales influyen en su impacto.

La plataforma que presentamos nos permite monitorizar de manera continua la evolución anual de la tasa de incidencia de la incapacidad permanente (IP) y la mortalidad prematura (MP) en una muestra de afiliados a la Seguridad Social española según sexo, ocupación y actividad económica.

Datos e información

Los datos recopilados regularmente a través de la Seguridad Social, a los que se añaden algunos datos procedentes de la Agencia Tributaria y el Padrón Municipal, son la base de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) que proporciona anualmente, y desde 2004, la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social 4.

La MCVL incluye datos individuales anonimizados, correspondientes a una muestra de aproximadamente el 4% de personas seleccionadas al azar entre quienes fueron contribuyentes o beneficiarios en la Seguridad Social al menos un día durante el último año natural finalizado (año de referencia). Para cada persona se incluyen tanto datos sobre su relación con la Seguridad Social en dicho año, como datos históricos, en la medida en que se conserven en registros informatizados hasta 1981. El total de afiliados incluido en el MCVL, tanto contribuyentes como beneficiarios, fue de 1.098.165 personas en 2004 5.

No obstante, y siguiendo las indicaciones de los responsables de la MCVL, se considera que sería a partir de 2006 cuando los datos recopilados para la MCVL son más fiables, por lo que se tomó la decisión de iniciar la cohorte en 2006.

Debido a las características propias de la MCVL y las condiciones necesarias para formar parte de la muestra, las personas que forman parte de esta desde 2006 van lógicamente disminuyendo, sea por salida del mercado de trabajo de manera definitiva o fallecimiento, y viéndose sustituidas por otros participantes en los años posteriores como indica la Figura 1. Sin embargo, las personas que forman o han formado parte de la MCVL permanecen en ella una media de, aproximadamente, 9,7 años.

Figura 1. Personas totales cada año, identificando aquellas que se han mantenido en la cohorte desde 2006 (población estable) y las nuevas que han ido entrando cada año en la MCVL.

En base a estos datos anuales de cada afiliado, enlazados por un número único de identificación de persona física (IPF) a partir de su primer contacto con la Seguridad Social, hemos construido una cohorte que, como muestra esquemáticamente la figura 2, permite seguir los diferentes registros de un mismo afiliado siempre que esté incluido en la MCVL 6.  

Figura 2. Esquema de la conversión de la Muestra Continua de Vidas Laborales en la Cohorte WORKss (Spanish WORKing life Social Security) a partir de 2004 y hasta el último año disponible (en este caso 2015), pudiendo rastrearse información fiable hasta 1981.

Así, el individuo A entró en la cohorte en 2004, y como cada año se utiliza el mismo algoritmo de selección, ha sido seguido hasta 2015, disponiendo de información sobre su trayectoria laboral desde 1981. El individuo B también fue incluido en la cohorte en 2004, disponiendo de datos desde 1981, y hasta su fallecimiento en 2010. El individuo C dispone de datos retrospectivos sobre su vida laboral desde el inicio de la misma, posteriormente a 1981, hasta su salida del mercado laboral y la pérdida de relación administrativa en 2009. Es destacable que, en este caso, el individuo C podría haber estado afiliado de nuevo, pero sin haber formado parte de la cohorte. El individuo D entró en la cohorte en 2005, manteniéndose desde entonces y disponiendo de la información sobre su relación previa con la Seguridad Social. Por su parte, el individuo E, que entró en la cohorte en 2004, pasó de ser afiliado contribuyente a afiliado beneficiario en 2009 al haberle sido concedida una pensión por IP. El caso del individuo F es el de un joven que inicia su relación laboral desde 2005, momento en el que entra a formar parte de la cohorte. Por último, el individuo G sigue el mismo patrón que el individuo A con la diferencia de que tras jubilarse en 2010 pasa de ser afiliado contribuyente a afiliado beneficiario, en este caso de una pensión por jubilación.

Referencias